Al momento en que nos adentramos en el mundo de la Psicología Educativa, resulta imprescindible referirnos a la enseñanza y aprendizaje como una unidad fundamental e indivisible, lo que nos permite establecer que se aprende cuando se enseña y viceversa. Con base a esto, el aprendizaje se puede definir como un proceso a través del cual se modifican y adquieren habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores, por lo que se encuentra orientado a lograr una transformación como producto de la experiencia.
Teniendo en cuenta lo anterior, se pone en evidencia la existencia de tres niveles que conforman el proceso de aprendizaje. En un primer momento, encontramos el nivel biológico el cual se refiere a las estructuras y funciones biológicas que permiten el proceso de aprendizaje, y que son compartidas con otras especies, como el ejemplo visto en clase de la especie marina llamada Aplysia Californica. Por su parte, el nivel social hace referencia a la interacción con los otros individuos y como esta funciona para mediar y potencializar el aprendizaje. En el tercer nivel se encuentra el cultural, el cual es el más importante para nuestra especie ya que nos permite establecer procedimientos para que el aprendizaje pueda desarrollarse recurriendo a los procesos de codificación, almacenamiento y circulación del conocimiento
Para que se dé el aprendizaje, se hace necesario una serie de elementos junto con sus relaciones, para que el sistema funcione correctamente y se pueda obtener una serie de resultados específicos. Estos elementos hacen referencia a: las condiciones del aprendizaje, es decir todo lo necesario para que se produzca el aprendizaje, espacio, prácticas, etc. Asimismo, se necesitan ciertos procesos que son los mecanismos cognitivos que responden a ¿Cómo estos aprendizajes se consolidan?. Por último, es necesario definir una serie de resultados de aprendizaje, qué es aquello que cambia, que se modifica, las consecuencias del aprendizaje.
Por último, me gustaría mencionar dos de los procesos auxiliares del aprendizaje. El primero es la motivación, dado que la mayor parte de los aprendizajes requieren una práctica continuada que a su vez demanda un esfuerzo, el aprendiz debe tener algún motivo para esforzarse. Lo cual me hace reflexionar sobre la situación actual, en donde a pesar que nos encontramos estudiando de manera remota y en ocasiones lo considero poco pedagógico pienso que cada estudiante debe tener unas motivaciones y objetivos lo suficientemente fuertes para continuar aprendiendo durante esta pandemia que no nos brinda las mejores condiciones físicas, emocionales y mentales. Por su parte la atención, es otro de los procesos, aquí es importante distribuir bien los escasos recursos disponibles y evitar que se agoten o se distraigan en otras tareas ajenas al objetivo del aprendizaje. En mi caso, esto lo relacioné en como me propongo actualmente a dejar el celular lejos mientras estoy en las clases ya que de por sí concentrarme en las clases virtuales se me ha dificultado bastante, por lo que trato de eliminar los distractores y focalizar mi atención en lo que nos dice el profesor.
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