Los actores, procesos y contextos se convierten en gran ayuda para los psicólogos educativos para la comprensión de como asumir su trabajo desde una perspectiva interdependiente, es decir, para lograr atender las condiciones en que se desarrollan las actividades educativas.
Los orígenes de las culturas
escolares se dan alrededor de la configuración histórica que define “la
identidad” de cada institución en la tensión que sostiene con diferentes
procesos. Entonces, las culturas escolares vendrían siendo un conjunto de
practicas sedimentadas a lo largo del tiempo, que la mayoría del tiempo se
reproducen mecánicamente; por ejemplo: la formación escolar y los servicios
religiosos. Por otro lado, las pautas propias de la escuela se vuelven
referentes en la construcción de la identidad; por ejemplo: los uniformes
escolares. Y todas estas formas ritualizadas de comportamiento e interacción entre
los actores de la institución; por ejemplo: el trato entre unos y otros.
En mi opinión y mi experiencia
como estudiante, la escuela aporta mucho a la identidad que como seres humanos
vamos formando, no hace el todo, pero si una parte. Es decir, hay muchas cosas
que mi colegio sembró en mi identidad que hasta el día de hoy siguen vigentes,
cosas tan simples como el seguimiento de las normas, la forma de expresarme, de
hablar y de abordar a las personas al tener una conversación.
Asimismo, la cultura escolar
sigue una tradición y unos procedimientos estandarizados que dan paso a la institucionalización,
la autonomía escolar y a la continuidad y persistencia. A nivel generacional
estas culturas escolares constituyen la respuesta a una serie de disposiciones
de orden superior que regulan, organizan y dan sentido a la educación a través de
la definición de la estructura, funciones y relaciones entre los diferentes
agentes, modalidades y entornos educativos. Sin embargo, con el paso del
tiempo, viene el avance y se debe reconocer todo este avance, así no vaya con
las tradiciones de la escuela, es decir que se debe respetar y aceptar en las
instituciones a cualquier tipo de persona, sin discriminar por sus preferencias
en todos los aspectos.
Finalmente, debe tenerse en cuenta
que la escuela no es la única institución existente. La familia lo es también,
y en esta los individuos también aprenden, son disciplinados y van formando su
identidad; la diferencia es la forma de “enseñanza” en cada una.
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